La microestructura de un material presentan los tratamientos térmicos de templado y revenido superficial, normalizado, recocido, esferizado y la deformación en frío (laminación y trefilado).
La microestructura de un material presenta los tratamientos térmicos de templado y revenido superficial, normalizado, recocido, esferizado y la deformación en frío (laminación y trefilado).
El
tratamiento térmico, es la parte más importante del proceso de fabricación de
cuchillo. No importa el tipo de acero del que este hecho nuestro cuchillo si
realizamos un tratamiento térmico incorrecto, obtendremos un cuchillo de mala calidad.
Aquí radica la importancia de saber
exactamente qué tipo de acero estamos empleando. A la hora de realizar los
diferentes tratamientos térmicos, cada acero se comporta de una forma concreta,
según su composición, con lo cual, solo sabremos si estamos haciendo bien, si
conocemos el tipo de acero que tenemos entre manos.
El
tratamiento térmico, abarca tanto el proceso de calentamiento, como el de
enfriamiento. Son igual de importantes ambos procesos.
En la
fabricación de cuchillos debemos realizar los siguientes tratamientos térmicos.
–
-Normalizado: durante este proceso,
eliminamos las tensiones creadas durante la forja, laminación u otros. Se
reorganiza la microestructura del acero, mejora la mecanización y la
permeabilidad térmica. Es también empleado antes del templado y revenido, por ello.
–
-Templado: proceso durante el cual
es acero adquiere la dureza y resistencia. Se calienta hasta una cierta
temperatura, según el acero, y luego se enfría al agua, aceite o aire. El
templado, disminuye la tenacidad y aumenta la fragilidad.
-Revenido: proceso complementario del templado. Se realiza a continuación del templado. Con este proceso conseguimos aumentar la tenacidad, sin reducir sustancialmente la dureza y resistencia del acero.
-Recocido: aunque realmente no es
un proceso que se realice en tratamientos térmicos para cuchillos, si en el
acero que empleamos en ellos. Todo el material que compres, debe estar
recocido, sino tendrás que hacerlo tú mismo, ya que sino encontraras aceros
casi imposibles de mecanizar. Consiste en calentar el acero a una temperatura
similar a la de templado, y enfriarlo lentamente. De este modo, conseguimos
principalmente reducir su dureza casi al mínimo, mejorando su mecanización,
aumentando la elasticidad.
Muy
importante a tener en cuenta, es la descarbonización. Cada que calentamos un
acero, se genera en mayor o medida este fenómeno, que consiste en el carbono se
desplaza hacia a superficie del material calentado, produciéndose la
consiguiente oxidación y por tanto perdida de carbono en la pieza. Para evitar
esta perdida, se debe realizar el proceso contrario, carbonización, manteniendo
un ambiente alto en carbono. O realizar los tratamientos, si es posible, dentro
de una atmosfera no oxidante.

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